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MARATÓN CIUDAD REAL 2021. LA CARRERA.

Otra vez en la línea de Salida con mi compañero Paco. Él no iba a correr esta Maratón, pero un mes antes le dije que mi maratón corría peligro porque el tendón me estaba dando muchos problemas.  Los entrenamientos no estaban saliendo como yo esperaba. Paco me dijo que quería ayudarme, iba a entrenar y a correr al ritmo que yo lo hiciera en la Maratón, y que haría Medida Maratón o un poco más, hasta que aguantara. Sé que los entrenamientos han sido duros no solo para mí sino para él también. Paco a su vez, tuvo que pedir ayuda a sus amigos con los que entrena habitualmente para que le ayudaran en la preparación. Esto es el mundo de los corredores Populares, a veces es  difícil describirlo aunque hay una frase que lo define muy bien.

NO ES SOLO CORRER… ES MUCHO MÁS.

Paco en la última semana de entrenamientos antes de la Maratón sintió una molestia en los isquiotibiales, pero aun así decidió venir.

 

Línea de salida – Maratón Ciudad Real 2021

 

Estamos los dos en la línea de salida. El ritmo que hemos planificado Alejandro y yo será de 4 min y 30 seg. por kilometro. Los entrenamientos de Paco le llegan sobrado para hacer la media maratón conmigo.

Que nervios, hacía tiempo que no me sentía así. Buscando el máximo nivel de concentración, y diciendole a mi cuerpo que se prepare que vamos a disfrutar y sufrir en partes iguales la aproximas 3 horas. Hablando con mis pulmones y diciéndoles que están sobradamente preparados. Dándole las gracias a mi corazón y asegurándole que no me pasaré con el pulso y que lo cuidaré. Felicitando a mis piernas por lo duras y fuertes que están. Todos juntos somos UNO.

Comienza la Maratón. Paco abre paso para que yo le siga. Llevados por la emoción de la salida pronto el reloj nos pita, pasamos por el primer km. Debido a los muchos corredores de la salida nuestro paso por el kilómetro 1 es de 4′ y 54″, estamos un poco lejos de nuestro objetivo.

En el Km 5 ya estamos en la media de 4′ y 30″. Paco es muy perfeccionista sacando cuentas, sabía que pronto nos llevaría al ritmo óptimo. Nos unimos a un grupo de unos 8 corredores y una corredora, quien tenía el objetivo de conseguir el tercer puesto en la categoría de femeninas y lo consiguió.

Me encanta cuando en una carrera se da esta circunstancia de un grupo. Siempre entreno solo, y correr en un grupo así de grande me encanta. Es un momento donde te sientes un profesional. En ese momento es cuando te das cuenta de que estás compitiendo. Sí, compites contigo mismo porque todos vamos a mejorar nuestras marcas, pero correr en un grupo te hace grande, muy grande.

En el Km 10 seguimos con nuestro grupo, todos agrupados todos arropados y “calentitos”. Paco iba delante de mí marcando el ritmo. A mi lado iba un corredor que se estaba aprovechando y me usaba de “liebre”. En un momento dado, me hago «el tonto” y le digo:

– Ponte con mi compañero, iras mejor. Se lo dije para que de esta forma me tape a mi más viento, aunque sinceramente no hacía viento.

A lo que él me responde:
– No, aquí estoy bien. El chico competía en ciclismo y sabía de la importancia de ir resguardado y reservar energías. Fue una broma mutua. Después seguimos todos juntos ayudándonos los unos a los otros, como debe ser.

En la foto hecha por la organización se demuestra el precio que tienes que pagar por ir detrás. jejeje.

 

Paco, yo estoy justo detrás de él

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En el Km 14, la lesión de Paco no le permite continuar la carrera. Cuando se da cuenta de que no puede seguir, me dijo:
– Compañero no puedo más.
– Ponte detrás de mí y de esta manera acabas la media, le dije.
– No. Engánchate al grupo y vete con ellos.
Después de decirme eso, al poco miro para atrás y ya no le veo. Que grande es Paco. Fue para acompañarme a pesar de que tenía muy pocas posibilidades de acabar.

En el Km 21, en mi paso por la media Maratón veo a Paco allí y no me lo esperaba, pensaba que no le daría tiempo a llegar. Pero si, allí estaba. Me dio mucha alegría, me fijé tanto en él que no vi ni a Zoe, ni a Dominique, sin embargo, sí que las escuche.

 

 

La mayor parte del grupo se quedó en la Media Maratón. Seguimos tres chicos y una chica. Uno de los corredores es amigo de la chica y la estaba ayudando para que lograra el tercer puesto de la Maratón. Seguí con este grupo sin perder de vista mi ritmo. Me notaba fuerte y sé que en algunos km me los estaba haciendo por debajo de 4′ y 30″.

En el Km 32, la vejiga lleva muchos km con ganas de mear. Me cuesta mucho controlarlo. No quiero seguir corriendo con este dolor.  Paro y meo. Este km me sale a 4′ y 58″, tampoco perdí mucho tiempo a pesar de parar. El grupo con el que iba, se fue.

Vuelvo a la carrera después de mi parada de 50″. Noto que mi ritmo es bueno. Con el paso de los km me doy cuenta de que recorto distancias con el grupo que iba. En el km 35 les doy alcance y los adelanto. He tardado 5 km en recortarles unos 50″.

En el Km 36, noto como el cuádriceps derecho se pone duro, me asusto un poco porque nunca había sentido ninguna molestia en ese músculo, pero me deja seguir y no le doy mayor importancia.

En el Km 37, me da un pinchazo en el cuádriceps de la pierna derecha y me hace dar un salto y parar en seco. – No puede ser joder, ¿qué pasa? -. Intento darme un masaje en el músculo y como estaba tan duro no me sirvió de nada. Empiezo a darle puñetazos al músculo, no sé si con la intención de recuperarlo o por la rabia que tenía, sin embargo, tampoco sirvió de mucho. Hice algunos estiramientos a pesar del dolor y se me pasó por la cabeza el tener que abandonar, pero otra parte de mí decía «ni de coña”. Intento volver a correr, sin embargo, no puedo doblar la pierna con naturalidad. Seguí corriendo como podía, no sé si a la pata coja o saltando, pero voy avanzando y me digo:

 

Segunda vuelta

– Dios del Universo, o de donde sea. El dolor es fuerte, pero te prometo que yo aguanto el dolor que haga falta, tú encárgate de que no me dé una rampa definitiva que me haga caer, por favor. Sigo corriendo con una técnica entre “chiquito de la calzada y la gallinita ciega”, cada 500 metros paraba para hacer estiramientos y continuaba.

 En el Km 38, me quedaban más de 20 minutos corriendo en estas circunstancias, ¿lo aguantaré?

No oía lo que me decía la gente que estaba animando. Estoy rezando no sé a quién, sin embargo, le pedía que me diera la fuerza de aguantar la rampa que venía de camino.

Veo el km 41 ahora si ya lo tengo. A pesar de mi peculiar forma de correr he hecho los km a partir del 37 a 5′ y  10″, es decir, es un ritmo muy aceptable dada las circunstancias.

Finalmente, en el Km 42 veo mucha gente fuera del polideportivo antes de entrar a la pista de atletismo, lugar donde estaba la Meta. Supongo que así lo hacen todos los años. Está ahí a propósito para darte el último aliento. Son corredores del 10k y de la media. Es muy bonito. Estas cosas son las que convierten a una “Pequeña maratón” en una “Gran Maratón”. Casi no percibo el aliento de la gente, no porque no animaran, sino porque a pesar de que me quedan unos 400 metros, aún dudaba de poder llegar.

Doblo la esquina que me da acceso al interior de la pista de atletismo. Ya eran los últimos 100 metros – NO me lo puedo creer voy a cruzar la meta – en el km 23 estaba seguro de que la cruzaría con mejor tiempo del que tenía pensado. Pero en el km 37, todo cambió, creía tendría que abandonar y volver el próximo año.

No me lo esperaba, veo a Zoe aparecer a mi lado pero por el protocolo de Covid-19, no era posible que la dejaran pasar. Que bonito vamos a cruzar una nueva meta juntos. Nada más cruzar Zoe me abraza, y yo la abrazo con todas mis fuerzas. Zoe fue mi primer pensamiento cuando en el km 37 pensaba que todo se acababa. Tenía el cuádriceps “hirviendo”. Necesitaba ese abrazo.

 

 

Empezamos a entrenar muy tarde para darle prioridad a la recuperación de mi tendón, y lo he notado mucho, no he podido llegar al 100%, sin embargo, una vez más soy consciente de que la mente, es el 70% de una maratón y este tema lo controlo bastante bien.

Esta maratón me sirve para acumular la confianza que necesito para conseguir mi objetivo de bajar de 3 horas. Solo tengo que tener suerte y no recaer con las lesiones.

La preparación para la siguiente maratón será dura. No sólo por los entrenamientos, sino por la perdida de peso. He corrido esta Maratón con 71 kg y sé que para tener opciones debo pesar 4 kg menos. Lo primero que tengo que preparar es mi mente, pero sé que mi MENTE está preparada para el desafío.

LANGREO… 2′ 59″




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