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MARATÓN BARCELONA 2023. LA CARRERA.

A nivel deportivo no tenía la motivación necesaria para correr una maratón con la exigencia que requiere para dar el máximo. Correr una maratón requiere sufrir, y a mí me gusta sufrir mientras corro, me gusta sentir que no puedo aguantar un metro más a ese ritmo y consigo aguantarlo 5 km. Me gusta sufrir viendo que aunque el ritmo cae en los kilómetros finales soy capaz de aguantar un poco más, pero para poder hacerlo la motivación tiene que estar muy alta.

¿Y cómo sabemos que estamos motivados? Cuando tienes mariposas en el estómago, como si estuvieras enamorado, o sientes que estás deseando que llegue el día porque ya no aguantas más la disciplina de una alimentación estricta. Si no sentimos esas emociones es imposible sufrir/disfrutar a grandes niveles.

Después de mi maratón 17 en Murcia, deje de sentir mariposas en el estómago, no es fácil de explicar tantos sentimientos y dónde está la dificultad de mantener la ilusión y la fuerza durante tanto tiempo, he llegado a unas reflexiones muy personales y valiosas que contaré en el tercer libro; Maratón – La metáfora de mi vida 3/3.  Lo cierto es que tenía que replantearme esta última maratón a nivel deportivo de otra forma diferente.

No podía llegar a romper otra vez las 3 horas, podría llegar a terminar la maratón en 3;05 y mi amigo Paco quería llegar a 3:08 así que decidí acompañarlo y acabar una maratón juntos, en las tres anteriores que corrimos no pudimos así que era un buen momento para hacerlo.

La salida fue muy bonita, en medio de todos los corredores, encima de una plataforma había un chico tocando la batería, que levantaba la moral de cualquiera, incluso a mí, y justo unos minutos antes de salir cantaron la canción, Barcelona de Freddie Mercury y Monserrat Caballé, fue algo espectacular, Paco me enseñó como se le puso “la piel de gallina” esto también es correr una maratón, sufrir/disfrutar.

Mi objetivo durante la carrera fue disfrutar de las vistas, ver a la gente, los monumentos de la ciudad, es decir, tener la cabeza alta y mirar lo menos posible el reloj, y estar al servicio de mi amigo para todo lo que necesitara. En los primeros 10 kilómetros mantuvimos un ritmo de media de 4;25 eso nos hubiese llevado a 3h:06. Yo me dedicaba a mirar a la gente como animaba, ver las caras de alegría de los niños cuando justo veían a su padre o a su madre corriendo, y sobre todo me emocionaba cuando a mi mente llegaron recuerdos de mi maratón de hace 11 años el 24 de marzo de 2012.

Antiguamente, para controlar los tiempos a los corredores, te daban un chip que te colocas en las cordoneras de los deportivos, pero hace muchos años y carreras que ese control va en el dorsal, a mí se me había olvidado de ese “artilugio” que después en la meta hay muchos voluntarios recogiendo. En esta maratón nos dieron un chip como aquellos, no sé por qué. A mí se me olvido ponerlo por no tener costumbre, y justo cuando iba a entrar al cajón de salida cuando me acordé, esto quiere decir que no tendré tiempos oficiales de carrera, y mis familiares y amigos tampoco me pudieron seguir durante la carrera, nos esperaban al lado del Hotel en el Km 9 y al no saber nada de mí, por la aplicación de seguimiento se alegraron de vernos juntos.

Km 17 Paco tiene que volver a parar a mear por segunda vez, una vez que se incorpora nuestro ritmo medio se nos va a 4:27 ya estamos lejos de poder recuperar dos segundos por kilómetro, pero mi esperanza era mantener ese ritmo y que Paco pudiese hacer 3h;08 y así tener su maratón más rápida.

Entre mi preocupación por cogerle agua a Paco y estar pendiente de él me daba tiempo a ver ciertas cosas que me recordaban a mi maratón de 2012. Me gusta mucho Barcelona, es una ciudad con la que siento una cierta conexión, y todo me resulta familiar, así que estaba disfrutando de correr una maratón de una forma diferente.

Km 32. Nos unimos a un hombre que llevaba el mismo ritmo que nosotros, iba acompañando a un chaval de 21 años que era su primera maratón, El hombre de 62 años nos dijo que en España solo corría la maratón de Barcelona y las demás le gustaba fuera, conocer historias como esta me motivan mucho, ver personas de esta edad corriendo a estos ritmos tan altos para un corredor popular me dice que se puede mantener esta ilusión muchos años. Este hombre y yo no nos dijimos nuestros nombres, por lo que no tengo más remedio que llamarlo“hombre” él y yo nos colocamos delante de Paco y del chico de 21 años para taparles el viento y ayudarles en todo lo necesario. Paco es muy obediente, y como se puede ver en la foto, va literalmente detrás de mí.

En el Km 39 el chico de 21 años estaba perdiendo ritmo, Paco y yo nos fuimos de nuestros compañeros de aventuras durante 8 km, no sin antes darles las gracias y animarlos a seguir. A pesar de ir un poco más rápidos que ellos, nuestro ritmo seguía en 4:30 y gracias, yo tampoco estaba para ”tirar cohetes” llegaban los kilómetros en los que había que sufrir y como había dicho en esta maratón no pude preparar a mi mente para eso, no quería, no tenía ganas, “pasaba olímpicamente” así que se me paso por la cabeza el pararme, pero cómo “coño“ iba a hacer eso. Para no parar pongo todo mi “focus” en Paco.

-Venga, vamos que bajamos las 3h:09, vamos joder!!! aguanta el ritmo, ponte detrás de mí.

Esos ánimos que le intentaba transmitir a él eran también para mí, porque Paco sí que mantenía un buen ritmo, así que la ayuda fue mutua, y estábamos corriendo los últimos km a unos ritmos de 4;20 o 4:25.

Ahora si, nos encontramos en el último km y oigo que me dicen,

– Norberto, Norberto ehhhh!!!! – era mi amiga Ana, qué alegría, verla y de esa manera tan espontánea e inesperada.

Y ahora vendrían nuestros familiares. – Ahí están, a pesar de la cantidad de gente y lo lejos que estaban les oímos gritar. Después de devolverles el saludo, Paco y yo estamos preparados para después de cuatro maratones acabar juntos por primera vez. Ahora sí, cruzo mi meta 18, la más 1, la última, la de Fin, la que soñé, y me alegra mucho acabar junto a una buena persona como mi amigo Paco, después de lo mucho que él también ha hecho por este proyecto, te lo debía, ya explicaré en el libro porque se lo debía nos, fundiéndonos en un bonito y sincero abrazo por todo lo vivido juntos; kilómetros, viajes, zumos de naranjas, tostadas, café, baños en la playa, baños en la piscina, meadas, chuletas, vino, cerveza y alguna copa de champagne. Punto y final a una bonita historia, quizás haya más o no. Pero lo vivido ya nadie nos la quitará.

Mi sensación al cruzar la meta fue de una alegría comedida, no sé, pero tengo la sensación que a pesar de que el valor de esta maratón es la palabra FIN, he acabado de correr las 18 maratones que me había marcado, por lo tanto, el final está bien planteado, pero no completo, no sé qué, pero algo me falta. Quizás deba seguir…

 

 

 




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